Ya varías veces se me ha planteado la cuestión, o mejor, las cuestiones:
1.¿Cual es la diferencia entre las colecciones núcleo/nucleares (Ecogeographical Core Collections) y los FIGS (Focused Identification of Germplasm Strategy/Estrategia de Identificación Focalizada de Germoplasma)?
2.Si se ha desarrollado la metodología FIGS, ¿para que seguir haciendo colecciones núcleo/nucleares ecogeográficas?.
No me había atrevido a publicar una entrada en el blog sobre esta «controversia» previamente, porque no quería «meter la pata» respecto a los FIGS, que es la técnica que no domino, y en una situación así es fácil equivocarse, si bien ya había escrito una entrada anteriormente sobre la técnica. Sin embargo, en los últimos dos meses he estado mirando un poco más detenidamente el tema de FIGS, preparando una reunión acerca de la aplicación de FIGS dentro del proyecto PGR secure. En la misma tuve la oportunidad de conocer a Dag Endresen, un investigador del Nordic Genebank, que leyó recientemente su tesis doctoral (31 de marzo de 2011) la cual versó sobre el tema FIGS . De hecho Dag es probablemente hoy en día la persona que más ha profundizado en la técnica. La reunión fue muy provechosa y el encuentro con Dag terminó de despejarme algunas dudas que tenía. La tesis de Dag se puede descargar desde aquí, recomiendo su lectura no sólo por el tema FIGS, sino porque presenta una introducción- revisión amplia e interesante sobre los desarrollos previos que hacen posible la aparición de FIGS . Si se quiere comparar con la metodología original de las colecciones núcleo/nucleares (usaré en adelante el término nucleares) ecogeográficas, se puede también descargar mi tesis doctoral desde aquí (ver capítulos 4 y 5).

Portadas de artículos de Endresen (2010) sobre FIGS y Parra-Quijano et al. (2011) sobre Colecciones Nucleares Ecogeográficas (Fuente imágenes Crop Science: https://www.crops.org/publications/cs)
Mi respuesta: Las colecciones nucleares ecogeográficas y los FIGS (según la aproximación expuesta en http://www.figstraitmine.org) son herramientas muy parecidas con fines diferentes. Herramientas similares porque usan como base la información ecogeográfica y los sistemas de información geográfica. Con fines diferentes porque la selección de las entradas tienen sesgos diferentes (o no sesgo, como veremos). Las colecciones nucleares ecogeográficas buscan ante todo la mayor representatividad de la variablidad (en este caso ecogeográfica) del conjunto de poblaciones conservadas en un banco de germoplasma para una especie determinada. Las colecciones FIGS buscan capturar, con la mayor probabilidad posible, una característica de interés para el mejoramiento genético de una especie determinada, característica que suele ser una tolerancia o resistencia a un estrés biótico o abiótico. Por todo esto, las colecciones FIGS no tienen en cuenta la representatividad respecto a la colección original de donde provienen, y se centran en una selección sesgada con el propósito declarado de incrementar la utilización por parte de mejoradores. Por su parte, las colecciones nucleares ecogeográficas no buscan satisfacer ningún interés de usuario en particular, más allá de ofrecer en una pequeña muestra la máxima representación de la colección original, con aplicaciones más dirigidas a la conservación que a la utilización, sin renunciar a ésta última (por ejemplo, para usuarios que no buscan una característica o rasgo particular).
Esta comparativa deja en claro una sola cosa, que las colecciones nucleares ecogeográficas y los FIGS son herramientas útiles para el curador y el mejorador, son complementarias y perfectamente compatibles. Espero que los esfuerzos a futuro vayan en el sentido de aplicar paralelamente ambas aproximaciones y no que una excluya la otra, especialmente porque con los mismos datos se pueden obtener tanto FIGS como colecciones nucleares ecogeográficas.
Dag en su tesis va más allá de la aplicación original. Él plantea la utilización no sólo de variables ecogeográficas para la selección del germoplasma, sino también de información de evaluación sobre el carácter deseado, la cual suele ser parcial (disponible u obtenida sólo para algunas entradas) en colecciones gran tamaño. De esta forma lo que se busca es establecer la relación ecogeografía-característica deseada (suele ser una resistencia a un estrés de tipo biótico) para el grupo de entradas con datos de evaluación disponibles y posteriormente usar esa relación sobre el resto de la colección (para la cual si se dispone de información ecogeográfica) para detectar entradas no evaluadas con alta probabilidad de poseer la característica de interés para el mejorador.
En el futuro cercano tengo como reto adentrarme más en la aplicación de FIGS y el continuar con el desarrollo de las colecciones nucleares ecogeográficas, para dar ejemplo de la compatibilidad y paralelismo de ambas aproximaciones.
A manera de conclusión, la aparición de estas técnicas de bajo coste y fácil aplicabilidad en bancos de germoplasma de todo el mundo, me hace creer cada vez más en el prometedor porvenir de la ecogeografía en la conservación y uso de la agrobiodiversidad.
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