Un estudio llevado en Holanda (Universidad de Wageningen) acaba de demostrar que el nivel de inconsistencias entre lo que dicen los datos de pasaporte y la semilla conservada puede llegar a ser considerable, especialmente para entradas muy antiguas. La prueba proviene de comparar duplicados de entradas antiguas conservadas por diferentes bancos de semillas y analizar presunta identidad genética. Varias razones se esgrimen para que los duplicados no coincidan, desde errores en documentación, problemas de sinonimia y homonimia, mezclas de semillas o problemas en la conservación. Esto último esta relacionado con las multiplicaciones/regeneraciones de semillas. Leyendo esto recordé lo que César Gómez Campo repitió hasta la saciedad, que las semillas podían resistir siglos sin tener que ser regeneradas sí y sólo sí son conservadas de manera adecuada, primando la baja humedad sobre otros asuntos que aportan poco en la longevidad de las semillas. Obviamente el impacto de las regeneraciones en la conservación ex situ puede llegar a causar problemas como los que plantean los autores de este estudio, llegando incluso a perderse rasgos propios de la identidad del germoplasma original y clasificarse como «no auténticos».
Finalmente, aunque el estudio está muy centrado en el caso de las colecciones holandesas de lechuga, y por tanto sus porcentajes aplican sólo a su caso, sería interesante ampliar este tipo de estudios en otros bancos con otras especies, tipos de germoplasma (silvestre, por ejemplo) e historias. Sobre lo de la regeneración, vale la pena también seguir escribiendo y profundizando.
Wouw, M., Treuren, R., & Hintum, T. (2011). Authenticity of Old Cultivars in Genebank Collections: A Case Study on Lettuce Crop Science, 51 (2) DOI: 10.2135/cropsci2010.09.0511
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